domingo, 10 de marzo de 2013

te recuerdo, mamá...

Hoy, después de casi un mes de haberla perdido, puedo escribir sobre ella con calma y paz...
No se si ha sido más duro perderla o verla irse deteriorando poco a poco.
Han sido 16 días en el Hospital, tras un infarto cerebral agudo, que fué repitiéndose en lo que el doctor llamó infartos múltiples.
Ella siempre fué una mujer fuerte, que vivió una posguerra (tenía 95 años), y que nunca temió a llamarle al pan pan, y al vino, vino...
Se sentía orgullosa de sus 7 hijos, de los cuales "nunca nadie, había tenido quejas"...yo añado que eso era y es mérito suyo y de mi padre. Ambos nos educaron sin tonterías y nos dieron unos valores que nos han guíado siempre...
Reñía, castigaba...pero también era toda cariño cuando la necesitabamos. Sin psicológos, ni orientadores. Sin necesidad de comprarle al niño/a una play-station cuando aprueba...mi premio era ver la cara de satisfacción de ella cuando traía las notas que, según ella, tenía que traer...me enseñó que se disfruta más del premio cuando ha costado ganarlo, y que si no pones de tu parte, nunca consigues nada. Una "peleona" nata, que se ha ido, dejando tras de sí toda la pena del mundo en quienes la queríamos...Cualquier cosa me la recuerda...me entristece saber que nunca más tendré su mano en la mía, que su sonrisa dulce y cálida, jamás volverá a estar ahí...Sabía que se iba, pero no estaba preparada para verla dejar de respirar...Agradezco al destino ser yo quien estuvo esa noche en el Hospital y atesorar de esa forma, sus últimos minutos...
Jamás voy a olvidar a esa gran mujer, pequeña fisicamente, pero inmensa como persona y como madre...
Allá dónde estés, cuida de mi...seguiré contandote mis cosas, aunque no estés, y se que me guiarás como siempre has hecho...¡¡
Te quiero, mamá...¡¡¡